Hacia un mundo nuevo

La inclusión parte por casa: ¿Cómo generar ambientes inclusivos desde el hogar?

Consejos

 

Artículo por: Carolina Harris.

 

Forjar una comunidad inclusiva depende de nosotros, los adultos, y de nuestra habilidad para reconocer lo diverso como una fortaleza de nuestra sociedad y dar el ejemplo en ello.

1) La naturalidad de los niños a veces nos desconcierta:

- “Mamá, ¿por qué este niño no habla?”. “¿Qué le pasó a esa niña en la cara?”. ¿Por qué soy tan distinto a mi hermano?

- “Mi amor, eso no se pregunta”. “Deja de mirar así a ese niño”.

Como adultos, más de alguna vez nos hemos enfrentado a alguna de estas difíciles preguntas. La naturalidad y curiosidad de los niños a veces nos pone incómodos, porque creemos que el hecho de que reconozcan diferencias en otros pares es inadecuado o no tenemos una respuesta con la que podamos salir del paso.

Olvidamos que parte de esta naturalidad tiene que ver con la exploración del mundo que nos rodea y que es necesaria sobre todo durante los primeros años de vida. Es gracias a la exploración que el niño capta y organiza el entorno. Acompañarlos en sus descubrimientos les permite llenar el mundo de significados y atribuciones positivas o negativas a las cosas.

Es por esto que cuando hacemos de esta exploración un tabú, en vez de reconocer con amabilidad y respeto la diversidad, hacemos desaparecer esa sensación de seguridad: los niños aprenden que está mal preguntar y reconocer las diferencias entre las personas puede volverse amenazante. En estos casos, incrementamos la posibilidad futura de que un niño mire con más recelo a alguien que no se parece a él, por ignorancia o miedo a lo diferente.

Es por esto que para formar niños inclusivos, tenemos primero que evitar el miedo y la desinformación hacia lo distinto, lo cual parte por las formas en que los adultos respondemos a situaciones ya sea dentro de nuestra propia familia, o la comunidad que nos rodea.

2) Crear ambientes inclusivos desde el núcleo de la familia parte por los adultos.

Seamos adultos que aprenden a convivir en un mundo donde cada uno tenga su espacio.  Y tal como indica Daniel Comin “Si enseñamos a los niños a aceptar la diversidad como algo normal, no será necesario hablar de inclusión, sino de convivencia”.

 

Parte II

 ¿Cómo formar niños más inclusivos desde los primeros años de vida?: Desde la propia experiencia de ser incluído.

1)Inclusión y  pertenencia. Todos queremos sentirnos incluidos y que nuestras diferencias enriquezcan.

Pedrito es un niño de 3 años muy cauteloso. Reiteradamente, se pone tenso al bajar los primeros peldaños de la casa. Su hermano Juan de 6 es bastante más intrépido y tiende a caerse con facilidad.  La mamá sabe qué necesita cada uno de sus hijos; Juan demanda más su atención cuando hace una pirueta y salta, Pedrito cada vez que no se atreve a hacer algo. Ambas necesidades siempre han sido vistas como un desafío más que como una “falla” de cada niño. La  mamá ha generado instancias para que ambos se ayuden ante la dificultad del otro. Pedrito se apoya de Juan cuando no se atreve y Juan ha aprendido a ser más delicado y prudente cada vez que ayuda a Pedrito.

2) Generar experiencias de pertenencia e inclusión durante la primera infancia, para niños más inclusivos.

Al hablar de inclusión estamos reconociendo el derecho que tenemos todos a pertenecer, que va mucho más allá de integrar o de no segregar. Según una definición de la UNESCO (2005) la inclusión es un enfoque que responde positivamente a la diversidad de las personas y a las diferencias individuales, entendiendo que esto no es un problema, sino una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad, a través de la activa participación en la vida familiar, en la educación, en el trabajo y en general en todos los procesos sociales, culturales y en las comunidades.

Si queremos una sociedad más inclusiva, debemos generar experiencias que permitan sentir a nuestros niños que desde muy pequeños pertenecen a la sociedad, a las organizaciones y/o a nuestra familia; reconociendo y yendo más allá de sus talentos, características individuales, dificultades físicas y/o mentales.